César y Tati

Ya no recuerdo el día que conocí a Tatiana, pero creo que hace más de diez años. Era la novia de mi primo y los dos se venían a vivir a Barcelona desde León. 

Ahora siempre que hablo de ella digo que es mi prima, porque la considero de mi familia desde hace mucho, muchísimo tiempo. 

Puede que parezca peloteo, pero no lo es en absoluto. César y Tatiana son la pareja más amable, hospitalaria, simpática y risueña que conozco (¡que no se me ofenda nadie!). Y además como pareja se les ve súper cómplices y con el mismo cariño y respeto que cuando empezaron. 

Imaginaros el nivel de estrés que me supuso cuando me pidieron que les hiciera los anillos para casarse. Con el añadido que tenían que ser para el mes siguiente y que no sabían cómo los querían. Porque aparte de majísimos son indecisísimos (si la palabra existe). 

Así que manos a la obra. Unos anillos de oro blanco, originales, pero tampoco demasiado, iguales para los dos y cargados a tope de cariño.

Paso 1. Moldes en cera

Paso 2. Fundidos en oro blanco y esmerilados

Paso 3.- Caja personalizada, entrega de anillos, abrazos y lágrimas. 

Y vivieron felices y comieron perdices... seguro que sí!

Luna lunera

Hace más de un año realicé mi primera pieza con oro. Un colgante de plata patinada en negro con pequeñas incrustaciones de oro que salpicaban la superficie.

Le llamé Luna, porqué para mí era un cielo estrellado y su redondez recordaba la luna llena.

Durante este año la luna ha encontrado un hogar, en el que ha sido muy bien cuidada y exhibida. Su propietaria (mi mecenas) parece estar tan feliz con ella que ha decidido darle un par de compañeros, para que no esté sola. 

Así que me puse manos a la obra y aquí tenemos el resultado!.

Primer encargo

Hace un par de semanas me hicieron mi primer encargo. Una amiga de mi suegra confió plenamente en una desconocida como yo, le dio un diseño, un par de pulseras de oro (como material para fundir) y además me dijo que le hacia mucha ilusión que fuese yo quien lo hiciera. 

Fue algo muy inesperado que me cogió en los últimos días de clase, lo que significaba que mi acceso al material de la escuela (hileras, sopletes potentes...) y a los conocimientos de mi maestra estaban a punto de despedirse hasta septiembre!!

Yo tengo tendencia a pensar que soy incapaz de hacer las cosas, o que no voy a tener tiempo, o que no gustará el resultado. Pero al mismo tiempo no se decir que no, así que los tres últimos días de taller exprimí el tiempo al máximo y el de mi profesora Imma (sin la que no habría sido capaz de atreverme) y conseguí acabarlo. 

Una vez comprado el cordón que me pidió Marta, y la cajita para entregarlo pude respirar más o menos tranquila. Hoy, una vez entregado, ya puedo dormir.

Gracias a Sun por promocionarme, a Marta por su generosidad, a Imma por su paciencia y a Claudia por su soldadura!!!

Oro

Se acaban las clases y mi último ejercicio de taller tenia que ser de oro. Partía de la base que el oro que había conseguido reunir (gracias papás!) no pasaba de los 6gr, así que la pieza no podría ser muy grande.

La segunda premisa era que el resultado tenía que ser un colgante (y yo siempre pensando en pendientes!).

Así que la luna me inspiro, nunca mejor dicho, y decidí hacer un cielo estrellado, en el que las estrellas fuesen de oro y el cielo de plata.

En lugar de soldarle una anilla en una de las caras opté por pasar la cadena directamente por unos agujeros que hice en la plancha, de esta manera el colgante es reversible y se puede cambiar la cadena por un cordón o cualquier otro tipo de hilo.

El resultado es este. Espero que os guste!